Repelentes para mosquitos.

Evitar las picaduras de insectos constituye actualmente una prioridad para las autoridades sanitarias a nivel mundial. Determinados artrópodos pueden actuar como vectores de trasmisión de enfermedades como paludismo o malaria, dengue y otras enfermedades infecciosas emergentes como chikungunya, zika, fiebre del Nilo o fiebre hemorrágica del Congo.

Los repelentes de insectos son sustancias químicas que ofrecen protección frente a las picaduras de insectos. Aplicadas sobre la superficie corporal, estimulan ciertos receptores en los insectos y los ahuyentan sin matarlos. Aseguran una protección de 4 a 8 horas tras su aplicación. Se encuentran en distintas presentaciones: lociones, emulsiones, aerosoles, spray, roll-on, toallitas, pulseras…

Normas para la correcta aplicación del repelente.

-Aplicar en cantidad suficiente para cubrir la piel expuesta sin olvidar cuello, muñecas y tobillos. 

-No aplicar sobre heridas, cortes, piel quemada por el sol o irritada.

-Evitar el contacto con mucosas, párpado o labios.

-En caso de necesitar protegerse también del sol, aplicar en primer lugar el fotoprotector y 20-30 minutos después el repelente.

-Lavar adecuadamente las manos tras cada aplicación.

-No aplicar más de 2-3 veces al día, la aplicación repetida y frecuente es innecesaria. 

-Es muy importante tener en cuenta cuál es el momento del día de mayor actividad del insecto que queramos ahuyentar y aplicar el producto siempre antes de la exposición.

​-Los mosquitos de género AEDES (mosquito tigre y mosquitos transmisores de la fiebre amarilla , Dengue, Zika y Chikungunya) pican principalmente durante el día.

         -Los mosquitos del género Anopheles (transmisores de malaria) y Culex (transmisores  de fiebre de Nilo y encefalitis japonesa) pican mayoritariamente de noche